El Partido Feminista de España, fue fundado en 1975 por Lidia Falcón e integrado actualmente en Izquierda Unida. Según su análisis, la mujer es una clase social y económica dominada y explotada por el hombre y su objetivo es acabar con esta explotación. No entraré a analizar esto, porque da para otra entrada, pero dentro de su ideología, entra la exlcusión de las mujeres trans del movimiento feminista.
Esta línea de pensamiento entra dentro de lo que se denomina TERF: """Feminismo, Radical""", Trans Excluyente. De acuerdo con esta ideología, el patriarcado se basa en la biología ya que según esa biología eres hombre o mujer, sin embargo, está más que visto que esta teoría cojea. En primer lugar porque utiliza el determinismo biológico, teoría pseudocientífica que entre otras muchas cosas, se ha usado para justificar la superioridad de raza, o incluso la propia superioridad del hombre frente a la mujer. En segundo lugar, porque definir el género en base a la biología es imposible, ya que surgen muchísimas lagunas que este "modelo" no cubre y que lo contradicen.
Explicada brevemente su teoría, pues este fin de semana se han dedicado a colgar "tweets" dejando clara su postura con respecto a las trans:
Y por último, el que menciona el comunicado de ALEAS:
Esto es una breve muestra de lo que el PFE piensa de las personas trans. También, en Publico.es, hay un artículo en el que Lidia Falcón nos equipara a pederastas por medio de la falacia del hombre de paja.
¿Ustedes saben lo que son las TERF? No se sientan ignorantes, yo tampoco lo sabía hasta hace dos días. TERF, acrónimo de trans exclusionary radical feminist, resulta que somos nosotras. Sí, las feministas de siempre, las que reclamamos desde hace 200 años libertad, igualdad, solidaridad. Ese término se lo han inventado un grupo de transexuales, apoyadas al parecer por otro grupo de LGTB, que siguiendo la teoría queer ─aquella que dice que no nacemos con una pretedeterminación de sexo sino que a lo largo de la vida escogemos variablemente el que queremos─ han decidido que ni el sexo, ni la edad, pueden ser definitorios.
Para resumir lo que está llenado páginas de webs, de Facebook, de WhatsApps, incluso de libros: una puede ser mujer u hombre, según lo decida en el momento en que así lo desee, y una y uno, igualmente. Y si esta transformación ya era conocida, e incluso amparada por las leyes, pero implicaba someterse a los cambios físicos que acompañan a las características de cada sexo, ahora no. Ahora todo el mundo es un transformista y puede serlo por la mañana o por la tarde, este fin de semana o el mes que viene. Y del mismo modo escoge en cada momento la edad que desea. No es preciso tener, o pretender, la apariencia física correlativa al sexo que se desea.
Una foto de un señor con unos bigotazos negros lleva la leyenda: “Soy una niña de cinco años”. Tal es la transformación que ha escogido. Y, en consecuencia, se ha sentido con derecho a acosar sexualmente a un niño de seis. Porque él se siente niña pequeña, y en consecuencia no es un pedófilo ni un pederasta sino un transgender, y por ello tiene derecho a violar niños. Y quienes nos opongamos a semejantes desquiciadas fantasías, somos TERF, homofóbicas, transfóbicas y perseguidoras de la libre elección de sexualidad y de edad.
Lo peor es que algunas conocidas activistas del movimiento LGTB están dando cobertura a tales peligrosos disparates, y cuando se les lleva la contraria difunden toda clase de críticas, trufadas de insultos, contra las TERF, que somos nosotras. Incluso se preguntan si no podrían agruparnos a todas y tirarnos al mar.
Una doctora de EEUU está haciendo campaña a favor de la pederastia, acusando a los TERF de penalizar la sexualidad infantil como antes se penalizó el amor libre y la homosexualidad. Y en estas polémicas, que llegan más allá de las palabras puesto que se ponen en práctica abusando sexualmente de niños y niñas, invierten su tiempo ─alguien también pagará─ las otrora activistas del feminismo.
Y yo pienso, las que a tal campaña se dedican sin duda pocos sufrimientos padecen y menos son capaces de observar y emocionarse por los de las demás mujeres del mundo. Esas feministas no sólo invierten su tiempo y su capacidad mental en discutir qué sexo van a llevar hoy, como si fuera el vestido que se cambian, sino que están siendo el soporte de la campaña que han desencadenado los pederastas para violar impunemente niños y niñas.
Espero que Izquierda Unida haga lo que tiene que hacer, y por primera vez tenga el valor para expulsar a quien debe expulsar. Pero no creo que lo hagan. No fueron capaces de echar a Frutos, igual que el PCE no fue capaz de echar a Armesilla. Y en el hipotético caso de que les echen, tengo muy claro que esta pelea no ha acabado en absoluto.
La transfobia es parte del patriarcado, y este lo es a su vez del capitalismo. Si pretendemos acabar con el último, pretendemos acabar con él en su totalidad, y eso implica acabar también con el patriarcado y la transfobia. Es el deber de los comunistas destruir toda la ideología burguesa y reaccionaria, y en ese punto de mira deben estar las TERF y sus aliados como parte de la superestructura capitalista que son.
Por último, dejo un par de vídeos que considero bastante apropiados para la ocasión. En un futuro hablaré más en detalle de las TERF y de todo su trabajo, ya que es demasiado para esta entrada en la que solo quería dar visibilidad al odio del PFE.
Fidel Castro sobre la homofobia y el machismo en los revolucionarios
Discurso de Sylvia Rivera contra la transfobia dentro del movimiento LGTBI.